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Entrevista al compositor Tarō Iwashiro

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Este pasado mes de julio CoolJapan.es tuvo la oportunidad de conocer a Tarō Iwashiro durante la tercera edición del festival de música MOSMA, especializado en música de cine y bandas sonoras relacionadas con el arte secuencial (como animación, cine y videojuegos). Este año se han reunido artistas de renombre de todo el mundo como John Powel, Jeff Beal, Víctor Reyes y el propio Tarō Iwashiro, a quienes además se ha premiado con diversos galardones por su aportación al mundo de la música.

Iwashiro no sólo participó en un magnífico concierto para el que incluso compuso nuevas piezas, y para el que estuvo dirigiendo su propia música, sino que también ofreció un encuentro con los aficionados, en el que habló con los asistentes al teatro Cervantes de Málaga sobre su trabajo y sobre su carrera, además de realizar una firma de discos que el propio músico parecía no querer detener, dada la gran emoción que le supuso sentirse tan querido en un país tan lejano para él como lo es España.

La orquesta y el coro del Cabildo Catedral de Córdoba participaron además en MOSMA 2018 junto a Iwashiro, quien llegó a visitar la Mezquita Catedral de Córdoba como parte del evento, y también tuvo lugar un concierto con música del nipón en dicho monumento.

En la familia de Tarō Iwashiro el talento musical ya se encontraba patente gracias a la figura de su padre, Kōichi, quien fue un compositor que, entre otros trabajos, se encargó de recopilar y realizar composiciones y arreglos para canciones tradicionales rusas y japonesas, y quien ha sido para Tarō un verdadero pilar. De origen tokiota, Tarō Iwashiro nació en 1965, y se graduó en la Escuela Superior de Bellas Artes de Tokio en 1984. Luego estudió composición en la Universidad de Tokio de las Artes, donde se graduó con las máximas calificaciones. Logró su título de magíster en 1991 en dicha universidad.

Poco después entró a trabajar como compositor en la industria cinematográfica, en 1992, con la película Kachō Shima Kōsaku, basada en el manga homónimo creado por Kenshi Hirokane. Con los años se ha convertido en un auténtico especialista en la realización de bandas sonoras, aunque también compone música no asociada a ninguna obra audiovisual por parte de otros autores. Ha trabajado tanto en filmes y series de animación como La heroica leyenda de Arslan (2015), Kenshin, el guerrero samurái: La película (1997) basado en el manga de Nobuhiro Watsuki, Rurōni Kenshin; como en películas y series de acción real como el filme Memories of Murder (Crónica de un asesino en serie), de 2003, e incluso en videojuegos como Onimusha 2: Samurai’s Destiny (2002) o Blade & Soul (2012).

Cabe destacar la colaboración surgida entre Iwashiro y el director de origen chino John Woo, quien lleva contando con el compositor nipón desde que lo conociera para trabajar junto a él en la película Acantilado Rojo, para la cual compuso una banda sonora de enorme calidad. El estilo de Iwashiro bebe mucho de la música clásica, y da una gran importancia al trabajo de la orquesta tradicional, aunque también conoce y trabaja con música electrónica y sintetizador. Además, en sus obras realiza en ocasiones una mezcla muy personal de música occidental con asiática, según las intenciones de la obra en cuestión.

Tarō Iwashiro está no sólo especializado en escribir música, sino también en trabajar codo con codo con las distintas orquestas, ejerciendo como director de su propia música, y ha trabajado con orquestas sinfónicas y filarmónicas de todo el mundo, incluyendo las de Tokio, París o Moscú. Ha recibido numerosos galardones a lo largo de su vida, y en la actualidad su música es cada vez más conocida en occidente, tras su notable labor para la banda sonora de filmes como Memories of Murder (Bong Joon-ho, 2003) o Acantilado Rojo (John Woo, 2008), gracias a la cual obtuvo un galardón por parte de la academia china.

Durante MOSMA 2018 fue premiada su labor como compositor con el Goldspirit Award “Music From The Soul”, y en concreto por ser el principal responsable tras el disco Spiritual Songs, que realizó reuniendo a otros grandes músicos japoneses con motivo de ayudar a las víctimas del terrible tsunami que azotó las costas del país del sol naciente en 2011.

Tarō Iwashiro en el centro, acompañado de Isabel Vázquez y la música Kayoko Morimoto (quien, un año más, ha ejercido como intérprete para nosotros) durante el encuentro con los fans y la prensa en el Teatro Cervantes de Málaga.
Tarō Iwashiro en el centro, acompañado de Isabel Vázquez y la música Kayoko Morimoto (quien, un año más, ha ejercido como intérprete para nosotros) durante el encuentro con los fans y la prensa en el Teatro Cervantes de Málaga.

Entrevista a Tarō Iwashiro

Cool Japan: ¿Desde hace cuánto está usted interesado en trabajar como compositor? ¿Qué significa para usted la música? ¿Quiso desde el principio ligar su carrera profesional al mundo de la música?

Tarō Iwashiro: Comencé a sentir amor por la música desde los diez años de edad, aunque esto lo digo si me ciño exclusivamente a mi propia memoria y mis propios recuerdos. No obstante, mis padres a menudo han comentado que ya desde que tenía 4 o 5 años la música me hacía reaccionar con mucho interés, y estaban completamente seguros de que me gustaba. Tengo una hermana menor, tres años menor que yo, para ser exactos. Siendo hija de mis mismos padres, no mostraba la misma reacción a la música que veían en mí. De mayor, mi hermana no persiguió una carrera en el mundo de la música, sino como diseñadora.

Me he acordado de algo que no tiene que ver mucho con la pregunta, pero creo que podría ser interesante porque ayudaría a contestarla. Cuando hace cinco años me contactó Juan Ramón [Iwashiro se refiere a Juan Ramón Hernández, miembro del equipo de BSOSpirit, y uno de los organizadores del festival MOSMA], descubrí que en España tenía muchos seguidores, que aquí hay muchos entusiastas de la música de cine, y en concreto de mi trabajo. ¡No podía creerlo! Al principio pensé que debería tratarse de una broma, o que alguien me acabaría pidiendo dinero para desarrollar música o algún proyecto musical. Pero cuando hablé más con él y su equipo me di cuenta de que todo iba en serio, aunque yo no dejaba de estar sorprendido.

Esta mañana [refiriéndose Iwashiro al encuentro que tuvo con los fans en el Teatro Cervantes] hablaron de Marco [Marco: Haha wo tazunete sanzenri, versión de 1999 para la que Tarō Iwashiro compuso música], y podéis creerme cuando os digo que estaba realmente impresionado por la gran fama de la que gozó el personaje en vuestro país y en Europa… Aún me cuesta creer que tanta gente conozca mi música y que guste de verdad. Ahora me encuentro asimilándolo por fin, aunque aún me cuesta.

Cuando vi a los fans entusiasmados por la obra que acababa de estrenar durante la gala, e incluso a Juan Ramón llorando de emoción [a quien dedicó Iwashiro su nueva composición, Dear J], tuve la completa seguridad de que todo cuanto me estaba pasando era real. Si el año que viene escribiera una segunda obra dedicada a Juan Ramón, creo que ya no llorará, ¡se acabará hartando! [risas].

Volviendo a tus preguntas, ya llevo más de cuarenta años amando la música, pero nunca había sentido algo como en esta ocasión, en la que vengo a un sitio cuyo idioma no hablo, pero sin embargo hay mucha gente que se emociona con mi música. Todo esto me hace reafirmar la creencia de que la música no necesita de ningún idioma para entenderse salvo la propia música. Esta nos conecta entre distintas personas sin necesidad de palabras, es decir, que la música es un idioma universal. Estoy sintiendo una gran felicidad por apreciar esa sensación aquí, en este lugar, encontrándome con tanta gente que, tan lejos, conoce mi trabajo.

Estoy comenzando a experimentar otra sensación dentro de mí, desde los ensayos de hoy [refiriéndose al concierto de MOSMA 2018 que tuvo al maestro Iwashiro como director invitado y que contó con su música]. Ya había trabajado en Londres, París, Moscú o Los Ángeles con las respectivas orquestas de esas ciudades, es decir, que ya tengo experiencia trabajando con orquestas de fuera de Japón… Pero nunca me había pasado lo que me ha pasado aquí en España. Después del ensayo, los propios músicos integrantes de la orquesta quisieron acercarse a mí para decirme que les encanta mi música, que admiran mi trabajo, y que se esforzarían al máximo para hacer un gran trabajo en el concierto al día siguiente, que estuviera a la altura de mi obra. Además los miembros de la orquesta del Cabildo Catedral de Córdoba se negaron a hacer un descanso cuando se lo ofrecí… ¡Querían seguir tocando mi música!

Gracias a esto ahora siento que todo cuanto había experimentado no era un error, y que el concierto de mañana va a ser una magnífica experiencia, y un gran concierto. Estoy completamente seguro que el día de mañana y el concierto harán que me lleve un recuerdo inolvidable a Tokio.

Cuando estoy dirigiendo, hay momentos en que siento que estamos comunicados, que hay un feeling entre los intérpretes de los distintos instrumentos y yo como director. Esos momentos son los que me hacen más feliz como músico.

Tarō Iwashiro mientras contestaba a un fan que le preguntó sobre la serie de Marco. Se mostró al principio pensativo y gratamente sorprendido de que alguien pensara en dicha serie en nuestro país con tanto aprecio, y de que hablaran de su música para la versión de 1999 con tanto respeto.
Tarō Iwashiro mientras contestaba a un fan que le preguntó sobre la serie de Marco. Se mostró al principio pensativo y más tarde gratamente sorprendido de que alguien pensara en dicha serie en nuestro país con tanto aprecio, y de que hablaran de su música para la versión de 1999 con tanto respeto.

CJ: ¿Le gusta la música de cine, no solo como compositor, sino como entusiasta que la escucha? ¿Cuáles han sido sus trabajos preferidos de cuantos ha realizado?

TI: Por supuesto, me encanta no sólo el cine, sino la música de cine. No sólo veo muchas películas en mi tiempo libre, sino que también escucho muchas bandas sonoras de cine. Tengo una gran colección de cine en DVD. En cuanto a los géneros musicales… Bien, mis gustos no van orientados a distintos géneros ni tengo un preferido, pero sí que os puedo comentar qué obras son las que me han gustado más o en las que más me satisface trabajar.

Mi trabajo preferido es aquel que consigue comunicar el cien por cien de lo que quiero como compositor, lo que persigue el director de una obra, y en el que me pueda comunicar de hombre a hombre con el director, tanto en anime, como para cine o series. Me es indiferente uno u otro de los trabajos que he compuesto en particular, salvo el hecho de intentar experimentar esta sensación en todos ellos. He de sentir que consigo transmitir el deseo del director tal cual lo ha visualizado en su mente para las escenas. Trasladar sus ideas al mundo de la música. Ese tipo de trabajo es el que más me gusta.

Sin embargo, si en estas conversaciones e interacciones entre un director y yo empiezan a meterse personas como el productor, los patrocinadores, la distribuidora… deja de gustarme ese trabajo. Pese a esto, yo trabajo sonriendo, poniendo buena cara ante los problemas e intento que haya siempre buenas relaciones… pero a desgana, pues no es una forma de trabajar que me atraiga.

CJ: ¿Qué puede contarnos sobre su formación y aprendizaje, señor Iwashiro? ¿Cuáles son los artistas musicales que más le influencian a la hora de trabajar, tanto japoneses como occidentales?

TI: Por supuesto, la primera influencia para mí a la hora de trabajar la ha supuesto la labor de mi padre, Kōichi. Desde que entré en la universidad hay algunos compositores cuya obra escucho mucho, a los que he dedicado muchas horas de estudio y que me generan un gran interés, como Ludwig van Beethoven, Richard Wagner, Béla Bartók, Claude Debussy… Todos ellos estrechamente relacionados con la música clásica.

Fuera de la música clásica, también hay algunos artistas que me han influenciado, incluyendo muchos del continente americano, como los expertos en jazz, el guitarrista Pat Metheny y Keith Jarrett, o el músico y productor David Foster. También me gusta mucho el trabajo de Claus Ogermann, sobre todo sus arreglos para jazz, y la música de Peter Gabriel. Durante mis años universitarios los escuchaba con obsesión.

En cuanto a la música de sintetizador, me apasiona el trabajo de Jean-Michel Jarre, un auténtico pionero en este tipo de música. Y en cuanto a música de cine, creo que para mí y para todo el mundo los referentes son Ennio Morricone y John Williams. Por lo tanto, en mi trabajo y mi carrera, han tenido peso muchos artistas, que trabajan con géneros musicales muy diversos.

Hablando de compositores japoneses, hay dos en concreto a los que admiro mucho, y por desgracia los dos han fallecido ya. Uno de ellos es Isao Tomita, que también desarrollaba música electrónica, y el otro Tōru Takemitsu, que trabajaba tanto con música tradicional japonesa, como con música clásica occidental, por separado y en combinación.

CJ: Es usted un compositor con un gran recorrido profesional en el que ha trabajado junto a gente de todo el mundo, como John Woo o Bong Joon-ho, ¿qué puede contarnos sobre la experiencia de trabajar con equipos internacionales e incluso de Hollywood?

TI: Creo que la mejor forma de explicarlo sería hablaros de mi experiencia con John Woo, precisamente. Ya llevo más de diez años trabajando junto a él, y he compuesto para todas sus obras durante ese tiempo. A lo largo de todos estos años, el equipo de John ha ido cambiando, siendo yo el único que no ha dejado de trabajar con él. Me pregunto cuál será la razón tras ello, y sinceramente… ¡no tengo ni idea! [risas].

En España tenéis el dicho de que “la confianza da asco”, y en Japón también tenemos una forma similar de entender este concepto [risas]. Me explico.

Me ha pasado que, cuando trabajo mucho con una persona, le voy conociendo y voy cogiendo confianza y llega un punto en que le conozco muy bien. Pero a veces creo que hemos pasado el límite cuando noto en algún director un trato más arisco o falto de respeto a causa de esta cercanía, y achaco eso a que he podido hacer algo que no debí. Es por eso que temo siempre coger excesiva confianza con una persona, porque me cuesta entender cuándo les he molestado o hecho algo mal, e incluso llego a pensar que algo de mi trabajo está realmente mal si me hablan con un tono agresivo o maleducado.

Tarō Iwashiro junto a Kayoko Morimoto durante el encuentro del compositor con los fans en el Teatro Cervantes de Málaga.
Tarō Iwashiro junto a Kayoko Morimoto durante el encuentro del compositor con los fans en el Teatro Cervantes de Málaga.

Esto nunca me ha sucedido con John Woo. Es una persona con un trato muy suave, muy respetuosa y amable, y que desde el primer momento te invita a confiar en él. Con los años que he trabajado con él he cogido mucha confianza con él, pero es una persona que nunca olvida guardar las formas con la gente de su equipo, que se siente agradecido por el trabajo de los demás, y que jamás traspasa ciertos límites ni pierde los papeles. Esto es precisamente un factor que hace que yo confíe más en él y me sienta más cómodo participando en sus obras, sintiéndome siempre agradecido de poder trabajar para él.

Creo que conservo la obligación de, pase lo que pase, mantener la compostura y el respeto a la gente, pase lo que pase, gracias a la educación de mi padre. Es algo que vi siempre en él. Es una actitud que también he visto en John Woo. Es por esto que, en ciertos momentos, siento que John es como un segundo padre para mí. Como John es alguien mucho mayor que yo, sería lo lógico pensar que fuera él quien se marchase antes que yo… y creo que el día en que John nos deje, sentiré que he perdido a un padre.

Pienso que el que yo entienda las relaciones de trabajo como lo hacía mi padre o como lo hace John Woo es una de las razones por las que este último trabaja a gusto conmigo, y por las que sigue confiando en mí y en mis composiciones para formar parte de su filmografía. Creo que, como ser humano, es alguien absolutamente fantástico. Sencillamente, una buena persona.

CJ: A la hora de trabajar en una obra de un director como compositor, ¿cuál es su grado de implicación en el proyecto? Por ejemplo, ¿ve usted primero las secuencias para las que tiene que componer música? O ¿se ha dado el caso de que se adapte alguna escena a su trabajo?

TI: Nunca me inmiscuyo en decisiones del guion, e intento no meterme en aportar ideas para los guionistas o un director en concreto. Quiero respetar su visión al cien por cien. A partir de que me contacten para entrar en un proyecto tengo dos formas de trabajar. La primera comienza por leer el guion. Justo en ese momento yo ya comienzo a formar en mi mente ideas sobre la música que lo podría acompañar. Incluso compongo una prueba o muestra musical, como un boceto, y aporto estas muestras cuando empieza el rodaje. En este caso, no compongo algo totalmente definido o completo, y no tengo en cuenta el escenario en concreto en que se esté rodando, sino que trabajo con una “imagen” musical de la obra, pensando sobre qué música iría bien con la obra que tengo entre manos.

Justo ahí me detengo. Y me encuentro con dos tipos de directores. Los primeros me contestan nada más recibir mis pruebas, y se muestran o no de acuerdo con la música que he creado. Me comentan sobre posibles cambios en cómo suena, el estilo y carácter que tiene, etc. Para ver hacia qué debe apuntar. Suelo conversar con ellos desde el principio. Pero otros no me contestan hasta que el rodaje ha concluido.

Acostumbro a ir en persona a los rodajes de las películas en las que trabajo. Lo hago porque pienso que debo estar en el mismo sitio que el director, los actores y el equipo, para poder sentir, ver y entender la visión del director, y de cómo encajaría mi trabajo con el suyo. Esto luego me facilita realizar el trabajo posterior, tanto si tengo que crear más música, como si debo cambiar algo a petición del director, porque me ayuda a comprender su visión de la obra que está realizando.

Después del rodaje empieza el proceso de edición, que es la segunda forma en que trabajo para una obra. Es ahí cuando empezamos por fin a adecuar la música, tal cual, a cada escenario y momento en que se haya pensado incluir mi trabajo. Es en este período en el que desarrollo más música. También tengo en todo momento en cuenta el trabajo de edición y montaje, momento en que se cambiarán algunas escenas, quitarán y modificarán otras… para adecuar mi música según los momentos y según el director necesite acentuar el protagonismo de ciertos personajes o acciones.

Y también está el caso en que el director no pudo rodar ciertas escenas como él quería, o decide rodar otras nuevas. En muchas de estas ocasiones, los directores me piden que ayude a acompañar con música estas nuevas escenas, o que adapte mi música a los distintos cortes que se producen durante el montaje. También me piden, al añadir algunas escenas o eliminar algunas, que readapte música que he compuesto para otras, o que cambie la música para que no existan cortes y haya transiciones suaves, de modo que la banda sonora ayude a la coherencia en la ordenación de las escenas.

Naturalmente también sucede que mi música, en ocasiones, no llegue a convencer al director para ciertas secuencias, lo que hace que se terminen eliminando distintos fragmentos musicales para secuencias que ellos piensan que están mejor sin banda sonora. El caso contrario también se da, en el que me piden música para tomas en las que piensan que será clave, por ejemplo, para que se asocie a un escenario en concreto.

En el momento de la edición también tenemos en cuenta el márquetin. Es decir, tenemos que tener en mente aspectos como para qué público estamos orientando esta película o serie. Si está pensada para niños, para adultos, todas las edades… Por esto, durante esta etapa tengo que tener completamente presente que tengo que componer mi música pensando en ciertos sectores de público.

Tarō Iwashiro en el centro, siendo entrevistado por nuestro compañero Andrés Domenech Alcaide, mientras es interpretado por Kayoko Morimoto, en el Hotel Palacio Málaga, en Málaga capital, donde nos concedió esta entrevista.
Tarō Iwashiro en el centro, siendo entrevistado por nuestro compañero Andrés Domenech Alcaide, mientras la conversación es interpretada por Kayoko Morimoto, en el Hotel Palacio Málaga, donde se nos concedió esta entrevista.

CJ: Para concluir… ¿puede contarnos en qué se encuentra trabajando actualmente y qué diferencias ha encontrado a la hora de componer para videojuegos?

TI: Pues a este respecto, precisamente hay una película japonesa para la que estoy componiendo ahora mismo, y comenzaré a grabar su música en noviembre de este año. Todavía tengo unos meses, pero ya estoy empezando a trabajar en estos últimos aspectos que te acabo de contar. Es más, he comenzado este trabajo justo antes de viajar a España. Además me encuentro realizando una obra literaria propia que me gustaría llevar a cine y sobre la que hablaré próximamente, y por supuesto, pronto volveréis a encontrar nuevas composiciones mías formando parte de futuras obras de John Woo.

En cuanto a los videojuegos, lo primero a tener en cuenta es que el proceso de desarrollo de un juego es muy largo. Al principio dudaba si me preguntabas por la música o por toda la producción, pero en realidad, mi trabajo en un videojuego comienza desde casi el inicio del desarrollo de un título. Suelo componer para producciones grandes, y esto hace que el tiempo que tengo que trabajar en videojuegos se extienda aún más, al sumar esto.

A vosotros os gustan los videojuegos, aunque yo no soy videojugador, pero sí que me parecen interesantes y es curioso cómo trabajo en ellos. Por ejemplo, en ocasiones me llegan solicitudes que demandan que realice música para un nivel o escenario en concreto. Entonces compongo alguna pieza o tema, a modo de “demo” o demostración.

Los desarrolladores programan la música para ver cómo queda al jugar un nivel, pero no suelo estar presente ni me meto en la idea que tenga un equipo a la hora de encajar mi música en un escenario. Prueban el nivel siendo este acompañado por mi música, y es entonces cuando se produce el feedback. Me contactan y me piden algo distinto si piensan que lo que he compuesto no encaja con la idea que tienen en mente para un escenario, o me piden que realice cambios en un tema para adaptar mi trabajo a dicho nivel.

A veces este feedback se repite muchísimas veces, y me encuentro hablando con los equipos de desarrollo durante incluso dos años, y llego a pensar… “Este juego… ¿Al final va a salir o no?” [risas]. Como no soy jugador yo mismo… no puedo evitar sorprenderme por el hecho de al final la música sea tan importante en un videojuego, y de lo complejo y largo que es el proceso de desarrollo. No lo entiendo y es algo nuevo para mí, pero intento comprenderlo igualmente.

Agradecimientos

Queremos agradecer cordialmente a la organización del festival MOSMA 2018 por hacer esta entrevista posible, y al equipo de BSOSpirit, en especial a Juan Ramón Hernández, un año más, por invitarnos a asistir a MOSMA, y por su amabilidad y cordialidad y atención para con nosotros y los invitados. Gracias también a Ana García Inglán, responsable de prensa del festival, quien organizó nuestra entrevista con Iwashiro.

Tampoco podemos olvidar dar las gracias a todo el personal del Teatro Cervantes de Málaga, quienes, una vez más, nos hicieron sentir como en casa. Damos también las gracias al representante de Iwashiro y a Kayoko Morimoto, pianista de profesión y también intérprete, que ejerció como tal una vez más para nosotros. Gracias también a Antonio Jiménez, que ha hecho posible el viaje de nuestro compañero Andrés Domenech Alcaide, y le ayudó en todo momento con su equipo y materiales.

Por supuesto, damos las gracias y la enhorabuena al propio Tarō Iwashiro, de quien sólo podemos añadir que nos ha demostrado al equipo de Cool Japan.es que no sólo es un profesional de gran talento y habilidad, sino también una persona muy humilde, que en todo momento muestra una gran cercanía, atención y concentración hacia los seguidores de su trabajo verdaderamente encomiables.

A continuación, os dejamos el saludo que dedicó para el equipo de CoolJapan.es y sus lectores


Fuentes

  • Entrevista realizada por: Andrés Domenech Alcaide [CoolJapan.es] | Entrevista interpretada por: Kayoko Morimoto
  • Imágenes tomadas por: Andrés Domenech Alcaide [CoolJapan.es], Antonio Jiménez Fuentes

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